Tropicalismo Inglés: Las ‘Black & White Houses’ de Singapur

Los británicos dominaron el mundo entre los siglos XVI y XX. Fueron los continuadores del colonialismo español de los siglos anteriores y en gran parte responsables del diseño y la estructura geopolítica del mundo tal y como lo conocemos hoy en día. El pico de expansión de este imperio se sitúa en una horquilla de cien años, entre 1815 y 1914, a través de una serie de fases de expansión relacionadas con el comercio y el colonialismo (ya fuera a través de la conquista forzada o de las actividades diplomáticas). Baste decir que si uno mira un mapa actual de los países colonizados o invadidos por Gran Bretaña en algún momento de la historia moderna, termina antes señalando aquellos países que nunca fueron tocados por el inmisericorde brazo armado de su graciosa majestad. Esta omnisciencia territorial se ha visto reflejada en una homogeneidad cultural y artística posterior en muchos aspectos, que durante el siglo XX fue continuada y ampliada por USA, que sustituyó en el mando a su fundadora. Hoy en día es difícil pasear por este planeta sin que el influjo del Reino Unido y sus antiguas colonias aparezca por cualquier parte.

Hace algunos años tuve la suerte de estudiar los asentamientos de las casas de los ingleses en la zona de Punta Umbría (Huelva, Sur de España). Creadas para que los empleados de las minas de Rio Tinto, una empresa del Reino Unido adjudicataria de la explotación de los yacimientos entre 1873 y 1954, descansaran y se recuperaran de tan duro trabajo y de las altas emisiones de azufre que se producen durante la extracción de la pirita. Parece que los primeros en establecerse en Punta Umbría fueron el cuerpo de carabineros del ejército español en la primera mitad del siglo XIX, pero lo que realmente impulsó el crecimiento y el desarrollo del municipio fue la aparición de los ingleses en la zona alrededor de 1880.

Punta Umbría, Huelva. Principios del siglo XX Fuente: Ayuntamiento de Punta Umbría.

Los Ingleses edificaron casas, balnearios, áreas de reposo en general, específicamente adaptados a las condiciones y al entorno local. Tanta fue su influencia, que la arquitectura de Punta Umbría ha bebido de esto y sigue haciéndolo muchos años después. Simplificándolo mucho, son edificaciones cuya característica más definida es que se elevan del suelo mediante pilares o pilotes de madera, dejando la planta de abajo libre y permitiendo el movimiento de las dunas de arena, evitando así la humedad y la oxidación metálica por salitre, tan intensa siempre en las regiones costeras. Además, las cubiertas son inclinadas y vuelan considerablemente sobre la fachada, creando una cámara que aísla y refresca, proporcionando una sombra muy agradecida en los calurosos veranos del sur de España.

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Típica casa de Punta Umbría levantada sobre pilotes, años 50. Fuente: Puntaumbria.es

Punta Umbría, más allá de su arquitectura, está firmemente unida a mi vida: Son multitud los momentos de felicidad y recuerdos familiares orillados en las playas y paseos de este rinconcito del mundo desde que tengo uso de razón. Verano tras verano.

Curiosamente, siguiendo un trazado paralelo entre mi vida y la de los ingleses expatriados, aquellos establecidos en Singapur (los cuales se quedaron una buena temporada por estas tierras como bien ya sabéis), también dejaron su impronta particular en algunas construcciones civiles que podemos disfrutar hoy en día. El legado arquitectónico británico que queda no es muy amplio, considerando el afán de los singapurenses en la nueva construcción y el derribo su patrimonio, aunque es algo que afortunadamente está empezando a cambiar.

Entre otras, destacan por su originalidad y belleza las conocidas como ‘Black & White Houses’: viviendas construidas para alojar a las autoridades políticas, militares y administrativas del Reino Unido durante la época colonial. La autoridad encargada de crear las infraestructuras civiles necesarias durante la época colonial de los ingleses era la llamada ‘Public Works Department’(PW), creada en 1833. Originariamente, también se encargaba de la construcción de asentamientos militares, como campamentos y barracones. Durante sus años de existencia el PWD se encargó de realizar el planteamiento, diseño, implementación y mantenimiento de un amplio rango de edificios e infraestructuras públicas, y entre los legados del PWD se encuentran las susodichas Black & White Houses. Paralelamente a la labor del PWD, a finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, fueron apareciendo el mismo tipo de viviendas, pero construidas por particulares pudientes de la sociedad singapurense. Copiaron el modelo en parte por seguir la moda y el estilo que venía de la capital del imperio, pero también porque funcionalmente eran viviendas que resolvían de una forma sencilla y eficiente muchos de los problemas que los arquitectos y constructores se encontraban al lidiar con el clima de Singapur.

Las Black and White Houses (a partir de aquí BWH), las define su propio nombre, y son fácilmente distinguibles si vislumbráis alguna en vuestros paseos por Singapur: son edificaciones normalmente de un par de plantas de altura, donde los protagonistas de los acabados al completo son el blanco y el negro, combinados con el bonito tejado de las cubiertas. Este blanco y negro tan inmaculado contrasta normalmente con el exuberante verde de la vegetación tropical, resaltando así los colores más minimalistas del círculo cromático.

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BWH en Sembawang, Noreste de Singapur

El origen del diseño de esta arquitectura se atribuye al arquitecto británico Regent John Alfred Bidwell (1869-1918), que también fue el diseñador de los famosos Raffles Hotel y Victoria Theatre de Singapur. Bidwell anteriormente había estado trabajando para el PWD de Kuala Lumpur, al igual que una serie de arquitectos ingleses que se trasladaron al sudeste asiático durante estos años. Posiblemente observaron cómo resolvían los problemas de temperatura, humedad y precipitaciones elevadas los constructores locales y decidieron adaptarlo a sus diseños. Muchos expertos destacan el sello de la influencia del estilo Tudor en el desarrollo de esta arquitectura, desarrollado en Inglaterra en los siglos XV y XVI, donde las fachadas de muchas edificios residenciales se hacían combinando estructuras de madera oscura con paredes de arcilla y cañas pintadas de blanco.

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Little Moreton House, Congleton, Inglaterra. Estilo Tudor, construida en la primera mitad del siglo XVI.                                                                                   By Christine-Ann Martin – Own work, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=942415

Además de la conformación exterior característica, las BWH destacan por ser arquitecturas adaptadas en gran medida al clima tropical. Al contrario de lo que ocurre en muchas arquitecturas impuestas que no tienen en cuenta en que parte del mundo se asientan, con la obligación de ser construidas cueste lo que cueste, haga calor, frio, llueva o nieve, las B&W están elegante y racionalmente pensadas para el lugar y el entorno ambiental donde se ubican. Hacen uso de los materiales y las tecnologías locales, teniendo cierto sentido sostenible desde su creación hasta su uso. Lo que muchos expertos de vanguardia vienen a llamar hoy en día estrategias de diseño sostenible pasivo y activo, pero construidas cuando todavía no se había acuñado ese término, ni se sabía qué demonios era eso del diseño sostenible. Sencillamente se usaba el sentido común y se promovía el ahorro de tiempo, dinero y energía.

En cierta manera nos recuerdan a lo que posteriormente se ha conocido como ‘bungalows’. El concepto de bungalow o bungaló, tiene su origen en las casas tropicales de los ingleses en la India colonial del siglo XVII. Construidas por locales, con un cierto carácter de temporalidad, y de fácil y rápida ejecución. Los bungalós en India, así como las casas de los ingleses en Punta Umbría o las BWH en Singapur, tienen el cuenta el clima local, y generan espacios acondicionados al aire libre, como son los porches o los pasillos cubiertos alrededor de la casa, tan fundamentales en el quehacer cotidiano. Siguiendo con los paralelismos, parece que la arquitectura pre-colonial malaya, también hacia uso de pilotes para levantar la vivienda del suelo, al igual que ocurre en Punta Umbría. En este caso no para permitir el movimiento de las dunas de arena, si no para hacer frente a las inundaciones periódicas que provoca el monzón, así como a los insectos y otros animales, tan abundantes por el trópico.

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Vivienda tradicional sobre pilotes. Sarawak, Malasia.

Centrándonos en las BWH de Singapur, las casas en su mayoría son estructuras donde la madera está más presente en la planta superior, haciendo uso del ladrillo en la inferior. La planta baja a veces está ocupada con algunas dependencias o en ocasiones queda prácticamente libre. La cubierta es alta e inclinada, creando una cámara de ventilación natural, y volando considerablemente sobre la fachada, consiguiendo una gran sombra sobre ella. Se crean porches, terrazas y pasillos que circulan alrededor de la casa, grandes ventanas y por lo tanto una gran ventilación e iluminación natural. La mayoría de ellas están en entornos naturales con grandes árboles y jardines que permiten que la planta baja se integre con el entorno y se haga un uso lúdico de ella.

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La combinación entre naturaleza y diseño consiguen que sea muy agradable y placentero pasear por estas zonas. Hoy en día en Singapur quedan alrededor de 500 BWH, con distintos estados de mantenimiento. Las que construyeron el PWD y la administración pasaron a ser propiedad del gobierno actual y su grado de conservación es mejor que las de propiedad particular. Singapore Land Authority (SLA) controla ahora sus alquileres con precios bastante desorbitados. La mayor parte de estás casas se distribuyen por el suroeste y el noreste de la Isla y en este enlace podéis comprobar donde se sitúan. Las mejores y más conservadas muestras de BWH las podéis encontrar cerca de los Southern Ridges (Mount Faber, Alexandra Park, Rochester Park, Portsdown Road, Mount Pleasant), así como cerca de las antiguas edificaciones militares y navales de Singapur, como la base naval de Sembawang, El aeropuerto de Seletar o la zona de Changi Village. En la zona de los Jardines Botánicos también quedan algunos reductos interesantes como Dempsey road, Goodwood Hill y Adam Park. La zona alrededor de los Southern Ridges es especialmente interesante puesto que puede combinarse la visita a las BWH con un paseo por los parques y miradores que jalonan este recorrido. Aquí, además de las viviendas aisladas que hemos mencionado, existen algunos bloques de edificios que originariamente eran pabellones donde se alojaban las tropas rasas del Reino Unido, y que también presentan una decoración exterior basada en el blanco y el negro. Estos barracones pueden observarse en Wessex Estate (alrededor de Portsdown Road) y también en las Gillman Barracks en la sección sur de Alexandra Road. Muchas de estas últimas están acondicionadas como galerías de arte y fotografía. También es especialmente interesante, por su óptimo grado de conservación, las BWH cercanas al Sembawang Park. Aunque algo alejadas del centro, merece la pena un paseo por sus calles residenciales, silenciosas, que parecen transportarte a otra época y lugar.

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Black & White House, Sembawang

 

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Antiguo Pabellón militar, hoy reconvertido en apartamentos. Wessex estate, Singapur. Source: http://www.singaporetales.co.uk/2015/05/wessex-estate-black-whites.html

Nosotros tenemos la inmensa suerte de vivir cerca del Wessex estate, y es un auténtico placer para los sentidos dar un paseo por sus calles al atardecer. Delimitado al oeste por el Green corridor, otro tesoro escondido de Singapur, al pasear por sus calles parece uno teletransportarse de la misma ciudad, llena de grandes avenidas y edificios sobredimensionados, que recorría minutos atrás. La zona de Wessex estate está experimentando una revitalización reciente. Muchos artistas y artesanos se han trasladado a los apartamentos de los pabellones militares (de alquileres mucho más asequibles que las viviendas individuales), y han establecido allí sus talleres y galerías. Otras se han convertido en tiendas o restaurantes. La antigua cantina de los pabellones sigue funcionando con el nombre de Cool Bar, y se jacta de ser el bar más antiguo de todo Singapur.

Por desgracia, otras BWH han quedado abandonadas al deterioro del paso del tiempo, sobre todo las que pertenecen a propietarios privados. Además, muchos de estos grupos de viviendas han acabado inevitablemente convertidas en pequeñas islas en medio de nudos de autovías, condominios masivos o viviendas públicas, sufriendo una cierta descontextualización. Pero así y todo no han dejado de tener ese encanto del pasado, esa magnífica comunión con el entorno, que las caracteriza. Muchos locales curiosamente, desconocen o desdeñan la importancia y belleza de esta joya patrimonial singapurense. Prefieren disfrutar de las ventajas de vivir en una edificación no tan antigua, donde activen fácilmente su aire acondicionado, las tuberías no requieran mantenimiento o las maderas no sean atractivo de las termitas. Debido a esto los alquileres están orientadas principalmente a familias acomodadas de expatriados, por lo que el acceso a estas viviendas (por si estabas pensando en pillar una después de leer estas líneas) está prácticamente vetado para el común de los mortales.

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Una parte importante de esa otra Singapur, alejada de Merliones y Bahías, que creemos necesario conocer para entender el pasado y presente de esta caleidoscópica nación.

Saludos Flamencos!

Texto: Lucia Manresa & Miguel A. Calero

Fotografías: Miguel A. Calero & Lucia Manresa

 

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